Cómo elegir una escuela al aire libre con un enfoque educativo no convencional

Naturalmente
30 jun
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Actualizado: 30 jul

Introducción

El interés por las escuelas al aire libre y los modelos educativos alternativos ha crecido rápidamente en los últimos años.

En un mundo acelerado y digitalizado, muchas familias buscan entornos de educación infantil que ofrezcan libertad, conexión con la naturaleza y respeto por los ritmos individuales de desarrollo.

La naturaleza está siendo redescubierta como un espacio privilegiado de aprendizaje: rico en experiencias sensoriales, que promueve la exploración y nutre un vínculo profundo con el entorno.

Pero ¿cómo elegir la escuela al aire libre adecuada, que combine un entorno natural con una visión pedagógica no convencional?

Aquí tienes una guía práctica para ayudarte a tomar una decisión informada y reflexiva.

1. El entorno natural: el corazón del aprendizaje

No todas las escuelas al aire libre son iguales.

Aspectos clave a comprobar:

¿Cuánto tiempo pasan al aire libre (¿a diario? ¿solo si hace buen tiempo?)
¿Qué tipo de entorno natural se utiliza: bosque, parque, granja, jardín?
¿Cómo se gestiona la seguridad: límites claros, supervisión constante, normas visibles?

Una verdadera escuela al aire libre trata la naturaleza como el aula principal, donde se puede:

Explorar los cambios estacionales
Jugar con barro, hojas, piedras y agua
Vivir experiencias prácticas y sensoriales cada día

2. Enfoque pedagógico: ¿qué visión de la infancia?

Estas escuelas suelen inspirarse en pedagogías alternativas como:

Forest School: Aprendizaje vivencial a través de la inmersión en la naturaleza
Montessori: Autonomía y respeto por el desarrollo natural
Reggio Emilia: Creatividad y el entorno como “tercer elemento educador”
Steiner/Waldorf: Ritmo de vida, imaginación y conexión con la naturaleza

Preguntas para hacer:

¿Qué modelos pedagógicos inspiran la escuela?
¿Cómo se reflejan en las actividades, el lenguaje y los materiales?
¿Se considera realmente a la primera infancia como protagonista activa de su aprendizaje?

3. Prácticas centradas en la primera infancia: autonomía, escucha y vínculos

Una escuela al aire libre de calidad:

Respeta el ritmo individual (comer, descansar, jugar)
Valora el juego libre como base del aprendizaje
Fomenta relaciones de confianza entre el personal docente y la primera infancia
Prioriza la escucha atenta de intereses y necesidades

Consejo: Durante tu visita, observa cómo interactúa el personal educativo: ¿manejan la paciencia, el respeto y están emocionalmente presentes?

4. Preparación para el clima: vivir todas las estaciones

Una buena escuela al aire libre cree que:

“No hay mal tiempo, solo ropa inadecuada”

Verifica si la escuela:

Tiene protocolos claros para diferentes condiciones climáticas (lluvia, nieve, frío)
Informa sobre la ropa adecuada: trajes impermeables, botas, capas, gorros
Dispone de refugios o estructuras de emergencia para días de clima extremo

Con la vestimenta apropiada, se puede disfrutar del juego al aire libre todo el año, desarrollando resiliencia y adaptabilidad.

5. El rol de la persona educadora: guía, observa, acompaña

En estos entornos, las personas profesionales en educación infantil:

Tienen el rol de facilitación, no de instrucción
Observan los intereses y dinámicas del grupo
Acompañan la exploración sin imponer estructuras rígidas
Intervienen con respeto y empatía cuando es necesario

Preguntas clave:

¿Qué formación tienen en educación al aire libre?
¿Qué habilidades especiales aportan (cuentacuentos, actividades con la naturaleza, metodologías centradas en la primera infancia)?
¿Cuál es la estabilidad del equipo? (una baja rotación favorece la seguridad emocional)