Acompañar a la infancia en el reconocimiento de su patrimonio en una familia multicultural
- UPV/EHU
- 7 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 ago
Introducción
En el mundo diverso e interconectado actual, muchas familias se embarcan en la bella aventura de criar a hijos e hijas en un entorno multicultural.
En esta historia, una pareja de distintos orígenes y religiones comparte la importancia que dan a transmitir a su hijo, Theo, las muchas tradiciones y celebraciones con las que ambos crecieron.
Están comprometidos a inculcarle un sentimiento de orgullo y respeto por su legado desde pequeño, un viaje que también ha profundizado su propio vínculo como familia.
Cómo están incorporando el multiculturalismo a su vida familiar
1. Predicar con el ejemplo
Los niños y las niñas aprenden mejor observando e imitando a sus referentes.
Es crucial mostrar orgullo por tu patrimonio y participar activamente en tradiciones culturales, celebraciones y rituales diarios.
"Ya sea cocinando comidas tradicionales, celebrando fiestas o simplemente encendiendo las velas el Shabat, priorizamos estas ocasiones y hacemos el esfuerzo de crear experiencias memorables para toda la familia."
Al demostrar un entusiasmo genuino, las familias crean un entorno positivo que anima a explorar y abrazar sus propios orígenes culturales con orgullo.
2. Comparte historias e historia familiar
La narración de historias es una forma atemporal de preservar el patrimonio cultural.
Compartir historias significativas, folclore e historia familiar no sólo enriquece la comprensión de sus raíces, sino que también fortalece su sentimiento de pertenencia.
«Incluso muy joven, leemos historias de Theo en castellano y vietnamita. Tiene mucha suerte de tener tres bisabuelos con los que puede pasar tiempo. Esperamos que guarde estos recuerdos cuando sea mayor.»
Estas narrativas personales se convierten en partes valiosas de la identidad.
3. Explora la diversidad cultural
En una familia multicultural, celebrar no sólo el propio patrimonio, sino también la diversidad del mundo es esencial.
La exposición regular a diferentes culturas a través de libros, películas, música, festivales y gastronomía amplía los horizontes de la infancia.
Fomenta la curiosidad haciendo preguntas, participando en debates y destacando la belleza de distintas costumbres y tradiciones.
Fomentar una mentalidad abierta e inclusiva desde pequeños y pequeñas ayuda a desarrollar la empatía, la comprensión y el respeto por los demás.

4. Lenguaje y comunicación
La lengua es un puente poderoso hacia la identidad cultural.
Si cada padre o madre habla una lengua diferente, crear un entorno en el que se practiquen y se valoren ambas lenguas puede enriquecer la vida de la niña o el niño.
«En nuestro caso, seguimos, de forma general, el método OPOL (One Parent-One Language - Un solo padre, una sola lengua). Yo hablo con Theo principalmente en castellano, y Derek le habla principalmente en vietnamita.»
La lengua no sólo fortalece los vínculos emocionales con los familiares, sino que también ayuda a comprender mejor los matices culturales.
Requiere esfuerzo, pero es uno de los mejores regalos que pueden hacer a sus hijas e hijos.
5. Viajes e inmersión
Viajar a tierras ancestrales o sumergir a la familia en diferentes entornos culturales ofrece experiencias inestimables.
Planificar viajes que incluyan visitar monumentos históricos, asistir a festivales culturales y pasar tiempo con numerosos familiares ayuda a dar vida a las tradiciones culturales.
"Nunca hemos dejado que los retos de viajar con un niño pequeño nos detengan. Las experiencias que está teniendo Theo valen mucho la pena."
Viajar fomenta una mayor comprensión, apreciación y conexión más profunda con el propio patrimonio.
Conclusión
En una familia multicultural, enseñar a abrazar su herencia es un viaje que requiere paciencia, compromiso y esfuerzo intencionado.
Predicando con el ejemplo, compartiendo historias, celebrando la diversidad, fomentando las habilidades lingüísticas y ofreciendo experiencias culturales inmersivas, las familias pueden crear un entorno que no sólo honre sus propios orígenes, sino que también fomente el respeto y el orgullo por la riqueza de múltiples patrimonios.
En definitiva, abrazar la identidad cultural capacita a los niños y las niñas para navegar por el mundo con confianza, empatía y un profundo aprecio por la belleza de la diversidad.
Con un esfuerzo consciente y amor, las familias pueden ayudar a criar a una nueva generación que lleve adelante su legado cultural con orgullo y corazones abiertos.








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